En la actualidad, la industria europea se ve “amenazada por una elevada inflación, la falta de mano de obra, las perturbaciones de la cadena de suministro tras la COVID-19, la guerra en Ucrania, los tipos de interés cada vez más altos, los costes de la energía y los precios de los insumos”, lo que afecta a la competitividad de la industria europea y pone de manifiesto la importancia que tiene para la UE el garantizar su autonomía estratégica abierta y reducir su dependencia de terceros países en varios sectores.

Todo esto, unido al hecho de querer acelerar las transiciones ecológica y digital de la UE, motivó que en junio de 2023 la Comisión Europea propusiese la creación de la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP), un instrumento que tiene como objetivo potenciar y facilitar la puesta en marcha de proyectos de innovación tecnológica que permitan diseñar y fabricar tecnologías críticas, salvaguardar y fortalecer las cadenas de valor de estas tecnologías, y abordar la escasez de mano de obra en estos sectores dentro de la Unión. El reglamento STEP fue finalmente adoptado por el Consejo y el Parlamento Europeo en febrero de 2024.

En este contexto, Mario Draghi, antiguo presidente del Banco Central Europeo, ya subrayó en su análisis sobre el futuro de la competitividad europea, publicado en setembro de 2024, la necesidad de acelerar y mejorar la capacidad productiva e innovativa de Europa en sectores tecnológicos tradicionales y del futuro a través de una nueva política industrial que, sin embargo, no olvide la cohesión entre territorios. Es en este sentido que STEP se perfila como una herramienta de apoyo a la innovación y al desarrollo económico de la Unión Europea.